En primavera, cuando los primeros brotes aparecen en la viña, los terneros retozan y la flor del olivo amarillea el campo. En verano, cuando las cepas lucen frescas y uvas, olivas y cerdos engordan. En otoño, cuando el envero tiñe de ocre las hojas de vid y las aceitunas y la montanera ocupa la dehesa. O durante el largo invierno, cuando la viña duerme y el olivar huele a cosecha.
Cuaqluier momento del año es bueno para disfrutar de lagares, bodegas y viñedos la Campiña. O para perderse en el mar de olivos de la Subbética, o relajarse entre las calladas encinas de Sierra Morena. Conozco estas tierras y estas gentes, que son las mías; entiendo y respeto el olivar, la viña y la dehesa y el esfuerzo que supone trabajarlos bien. El vino, el aceite y el ibérico te harán pasar del mundo real al mundo sensorial. Cuenta conmigo para organizar una estancia inolvidable en nuestra tierra cordobesa.