La pandemia supuso un parón drástico en mi actividad profesional de receptivo de turismo japonés -perdí en dos semanas contratos que había tardado meses/años en montar. Como no soy de queja y sí de acción, decidí hacer casi lo único que durante meses se podía hacer: estudiar. Mi triple perfil de catadora de vino, aceite y sake se vio así reforzado con formaciones intensivas presenciales y online, con un objetivo siempre en mente: “aprender para contarlo”. Mi bautizo como formadora en continuo fue el tan necesario proyecto del Ayuntamiento de Córdoba para formar en vinos de la DOP Montilla-Moriles a la hostelería cordobesa, de agosto a diciembre 2020. A partir de ahí se han sucedido las formaciones privadas en 2021 (particulares, productores de aceite, establecimientos turísticos y restaurantes, entre otros perfiles) y nuevos proyectos formativos bonificados para trabajadores y empresas en 2022.